Considerado por la American Society of Civil Engineers una de las maravillas del mundo moderno, es para muchos, el puente más hermoso del mundo.

Desde su inauguración en 1937 y hasta nuestros días, el Golden Gate es, sin ninguna duda, el gran emblema de la ciudad de San Francisco.

La estructura, que une la península de San Francisco por el norte con Marin, fue desde el momento de su construcción hasta 1964 el puente colgante más largo del mundo.

Y es que el diseño art déco de Joseph Strauss, pintado en rojo, ofrece una imagen imponente de la bahía de San Francisco.

Al visitar la ciudad californiana se impone cruzar el viaducto (es puede hacer en automóvil, en bicicleta o a pie) y disfrutar de las magníficas vistas

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El puente de la bahía de Sydney es uno de los emblemas de la ciudad y de Australia. Apodado “la percha”, por su diseño en arco, es una hermosa construcción de acero de 1.149 metros que se abrió a la circulación vehicular en 1931.

Los más aventureros pueden disfrutar de increíbles vistas de la ciudad desde lo más alto de la estructura, a la que se accede escalando.

Si puedes, apúntate a una de las excursiones que te permitirán escalarlo.

Cada año, la espectacular imagen del puente con el edificio de la Ópera iluminados con los fuegos artificiales para recibir el Año Nuevo da la vuelta al mundo.

Se inauguró en 1932 y es el sexto puente de un solo arco más largo del mundo, además del puente de arco de acero más alto del planeta, con 134 metros desde el punto más alto hasta el nivel del mar.

¿Buscas un puente al que poder encaramarte a sentir los elementos?

Pues el de la Bahía de Sídney es el tuyo.

Este arco de acero que permite el tráfico rodado, de trenes, bicicletas y peatones es una de las imágenes más típicas de la ciudad australiana.

 

 

Una ciudad llena de canales, obviamente, también es una ciudad de puentes.

Los venecianos son conscientes de los inconvenientes que tiene vivir rodeados de agua y quizás por eso sus maneras de acortar distancias son, además de prácticas, terriblemente hermosas.

Fue construido en 1591 y todavía arranca más de un suspiro.

Si no nos crees, échale un buen vistazo al famoso Puente de Rialto y dinos si no te parece una preciosidad. Esta obra de ingeniería es el más antiguo de los puentes que atraviesan el Gran Canal.

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Construido en 1916, este puente cubierto para peatones que permite cruzar el río Sanjiang tiene tres pisos y una serie de terrazas, pabellones y decoraciones que parecen de cuento.

Su diseño permitió encajar a la perfección cada una de las piezas de madera y piedra, como si se tratara de un rompecabezas.

Escondido entre arrozales y meandros del río Linxi, en una zona montañosa de la provincia china de Guangxi, en Chengyang, descubrimos el Puente del Viento y la Lluvia, una espléndida edificación Dong de 1916 que sorprende por su belleza y, sobre todo, por su técnica constructiva.

Y es que en la edificación de este puente peatonal de 64 metros de largo, dotado de cinco torres y sustentado por tres grandes columnas de piedra, no se utilizó clavo ni remache alguno.

Esta estructura conecta dos pueblos y a diario lo cruzan muchísimas personas que, así, se ahorran dar un rodeo o tener que remar un poco.

Con sus casi 65 metros de largo es una experiencia que deberías vivir.
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El puente más famoso de la capital británica, inaugurado por el Príncipe de Gales en 1894, fue durante años la única vía de la zona por la que los londinenses podían cruzar el Támesis.

Con una longitud de 244 metros y dos torres de 65 metros, esta construcción levadiza se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de la ciudad.

Pese a que su aspecto medieval te podría engañar, créenos cuando afirmamos que el famoso Puente de la Torre es de mediados del siglo XIX. Debido al incremento del comercio era necesario crear un nuevo paso sobre el río, pero uno que no le cortara el paso a los mástiles de los barcos de la época.

De ahí que, cuando es necesario, el puente se abra. Hasta 1977 estaba pintado de un color verdoso, pero se cambió por el rojo, blanco y azul para celebrar los 25 años de reinado de la Reina Isabel II.

Desde finales de 2014, el Puente de la Torre de Londres (Tower Bridge) cuenta con pasarelas de cristal que permiten a los visitantes contemplar desde las alturas espectaculares vistas sobre el río.

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Con la silueta del Castillo de Praga como telón de fondo y una galería al aire libre con las estatuas barrocas en sus laterales, es uno de los lugares más bellos de Europa.

Al Puente de Carlos se puede entrar por la Ciudad Vieja o por Malá Strana.

La entrada desde la Ciudad Vieja es custodiada por la Torre de la Cuidad Vieja, decorada en piedra.

Entre las treinta estatuas del Puente de Carlos, una de las más especiales es la de San Juan Nepomuceno: otra leyenda dice que tocar el relieve de bronce da suerte.

En la otra punta concluyen el puente las dos torres góticas de Malá Strana.

Una de las numerosas leyendas cuenta que la construcción del Puente de Carlos fue inaugurada por el rey checo y emperador romano Carlos IV exactamente en el año 1357 el día 9 del mes 7 a las 5 horas 31 minutos.

La razón fue la constelación favorable del Sol y Saturno.

Otra de las leyendas cuenta que a la masa con la que se unían las piedras para la construcción del puente se añadieron huevos, vino y leche.

Todo esto tenía que proporcionar al puente una perfecta estabilidad a lo largo de los siglos.

Quizá la mejor forma de disfrutar de uno de los puentes medievales más bellos del mundo es por la madrugada.

Un objeto de fascinación para pintores y fotógrafos.

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Abierto al público en 2005, se trata del puente colgante peatonal más largo del mundo, con 125 metros de longitud y 1,8 de ancho.

Acceder al puente Langkawi Sky (el puente del cielo) situado en el archipiélago de Langkawi, en Malasia, no es sencillo.

¿Quieres adentrarte en la jungla de Malasia sin tener que luchar contra la vegetación?

Requiere realizar un viaje en teleférico hasta la cima del Monte Mat Cincang, lo que nos da la primera pista de la altura en la que se encuentra esta maravilla de la ingeniería moderna.

Sus 87 metros de altura (605 sobre el nivel del mar) permiten disfrutar de unas vistas espectaculares de las montañas, la selva y del mar de Andamán.

Resulta poco recomendable para los más sensibles a las alturas, ya que sus características constructivas hacen perceptibles las oscilaciones.

Pues el puente colgante de Langkawi te lo pone facilísimo.

Esta estructura exclusiva para peatones te permitirá ascender hasta la cima del segundo pico más alto del lugar, serpentear junto a las copas de los árboles de la selva tropical y disfrutar de unas vistas sin igual.

 

 

Lo has visto en miles de fotografías, películas y series.

Convertido en un emblema de Nueva York, el Puente de Brooklyn es uno de los puentes suspendidos más antiguos de Estados Unidos.

Seguro que su silueta te resulta familiar e incluso has soñado con cruzarlo a pie para llegar hasta Brooklyn y comerte un helado en el puesto de Brooklyn Ice Creams.

Cuando se inauguró en 1883 fue el puente de suspensión más largo del mundo y aunque ya no lo es, sigue siendo majestuoso como pocos.

Aprovecha un día de sol para atravesarlo y disfrutar de las vistas del skyline de Manhattan.

Fue construido en 1883 y desde entonces se ha convertido en un actor más de numerosas películas norteamericanas, como “Fiebre del sábado por la noche”, con John Travolta como protagonista, “Godzilla”, o “Tarzán en Nueva York”.

La construcción, que une Brooklyn y Manhattan cruzando el río East, tiene una longitud de 1.825 metros y se consideró en su día una auténtica maravilla técnica, ya que fue el primer puente suspendido mediante cables de acero.

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. París tiene 37 puentes que cortan y unen el río Sena. Difícil elegir uno, pero el Pont Neuf (Puente Nuevo), construido en 1604 para acortar el viaje de

Enrique IV entre el palacio del Louvre y la abadía de St. Germain des Pres, bien podría encabezar la lista.

En verano, es el lugar elegido por músicos y artistas callejeros para mostrar su arte.

Aunque su nombre indique lo contrario, es el más antiguo de París, y fue el primero que se construyó sin casas sobre él y de piedra, porque los anteriores eran de madera.

Decorado con candelabros y máscaras talladas tiene 232 metros de longitud; es también el puente más largo de la ciudad.

Fue una fuente de inspiración para muchos artistas, como Camille Pissarro, escritores (Victor Hugo) y directores de cine.También aparece en uno de los primeros capítulos de Rayuela, de Julio Cortázar.

El artista plástico Christo empaquetó el puente como en una instalación contemporánea en 1985, y Kenzo lo cubrió de flores en 1994.

Toda una novedad para la época, fue el primero en cruzar el Sena, conectando las dos orillas del río y la parte más occidental de la Ile de la Cité. Y fue novedad también la instalación de las primeras aceras para peatones y unos pequeños miradores sobre cada una de las columnas.

Fue denominado Monumento Histórico Nacional en 1889, y Patrimonio Mundial por la Unesco en 1991.

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El puente de Khaju, conocido como Si-o-se Pol en persa, es el más hermoso de Irán.

Construido a mediados del siglo XVII por el Shah Abbas II sobre una estructura antigua, se encuentra en la provincia de Isfahan, a unos 300 kilómetros de Teherán.

En su día, el viaducto contaba con espacios exclusivos para el disfrute del monarca y todavía hoy se conservan restos del asiento desde el que contemplaba el río.

El puente se sustenta sobre 23 arcos de piedra y ejerce una doble función: la de unir las dos orillas del río Zayandeh y la de servir de dique de contención.

Es especialmente recomendable visitarlo de noche, cuando la iluminación resalta su extraordinaria belleza.