Es la residencia oficial del monarca británico en Londres y un punto obligado para el festejo o las expresiones de tristeza de los londinenses.
En 1993 la reina abrió el Palacio de Buckingham (Buckingham Palace) por primera vez al público para recaudar dinero para las reparaciones del Castillo de Windsor. Los interiores son muchas veces criticados y tildados como excesivos de opulencia y de mal gusto.
En un principio fue un petit hôtel construido para el primer duque de Buckingham en 1703 y luego fue adquirido por el rey Jorge III en 1762 para convertirlo en residencia privada.
La última gran reforma del edificio fue bajo el reinado de Jorge V cuando en 1913 Aston Webb rediseñó la fachada este. En la actualidad es la residencia de la Reina Elizabeth II y del Duque de Edimburgo y se calcula que en el interior del palacio trabajan unas 450 personas.
La guardia real que se sitúa en la parte frontal del palacio actúa normalmente en ceremonias no obstante, su función principal es la seguridad.
El cambio de guardia lleva realizándose desde 1660, y es una ceremonia muy espectacular y digna de ser vista, tiene lugar en el patio interior a las 11:30 de la mañana y se recomienda presenciarla los días domingo para un mayor disfrute. Los guardias, que provienen de los cuarteles de Wellington, se acompañan por una banda.