Muy grande, único, y lleno de historia. Lo más impresionante es la galería de arte, con raíces de la escuela Cuzqueña.

Cantidad de cuadros del siglo 17 y 18 se muestran al público.

Ambientes con historia colonial, historia de la independencia y la gesta libertaria, momias coloniales y pasado preinca, realmente un museo completísimo. Además del interés de su estilo barroco, la Casa de la Moneda alberga máscaras, pinturas coloniales y una colección de monedas acuñadas en la ciudad para la Vieja Europa.

Sin dudas, las minas de Potosí son la entrada histórica a cientos de años de explotación, guerras, conquista y ambición de riquezas minerales.

Bajar por las profundidades, sumergirse en los socavones, luchar contra la oscuridad y detonar explosivos es posible en la actualidad mediante visitas guiadas en las que se vive una experiencia inolvidable.

Clasificada como patrimonio histórico por la UNESCO, Potosí es tan fascinante como imponente. Está situada a 4.000 m de altitud y esta ciudad imperial fundada en el siglo XVI. Actualmente Potosí es más bien tranquila, con viejas y estrechas calles empedradas y construcciones bajas. Los mejores lugares están situados alrededor de la Plaza Principal. Quedan una treintena de iglesias y de conventos coloniales, como el de Santa Teresa. La Iglesia de San Lorenzo es una obra de arte del barroco. Recomendamos recorrer el barrio de Cantumarka para admirar las casas coloniales más antiguas de la ciudad y sus sorprendentes balcones.

Saliendo de Potosí, es bueno visitar el santuario encalado de Manquiri de finales del siglo XVIII.

En mayo, los fieles de la ciudad recorren los 35 km andando para celebrar la fiesta de su santo Patrón.

En la entrada de Potosí, las Minas del Cerro Rico que todavía están abiertas, fueron en el pasado una fuente de riqueza del país y de los españoles.

Hoy, el trabajo matador y las condiciones de vida de los mineros son testimonio de la precariedad extrema del país y de esta región en particular.