Mientras vamos por las calles de Babilonia iremos escuchando atentamente cómo según la emperatriz el príncipe actúa mas por egoísmo que verdaderamente para ayudar los demás, buscando acometer estas solo para satisfacerse a sí mismo, y cómo más adelante su personalidad va a encontrarse en una terrible encrucijada cuando salgan a la luz sus dos personalidades y mantengan un constante enfrentamiento por sobreponerse la una a la otra.
Por encima de los gráficos esta saga se ha caracterizado por su narración, su progresión argumental pero también por millones de saltos y rutas imposibles a través de cloacas, prisiones, jardines y, como no, castillos.
Las animaciones siguen siendo fabulosas, insuperables, no solamente por su cantidad sino por la calidad que atesoran, conservando todas las anteriores y sumándoles otras tantas. Toda la aventura está narrada por Kaileena desde el principio como si se tratase de un relato que se cuenta como historia a lo largo de los años.